Cuando piensas en un coche 100% eléctrico, probablemente lo primero que te viene a la cabeza es un Tesla o algo parecido.
Gracias al artículo de Damien O’Carroll en Stuff.nz hemos podido conocer la historia de Michael Laba, que ha convertido su Mini 850 de 1968 en una pequeña joya con alma de ion-litio.
La idea de transformar su Mini en un coche eléctrico empezó en 1998 y ha ido evolucionando de la mano de las nuevas opciones de baterías existentes en el mercado hasta conseguir una potencia muy similar a la del Mini original…lo cual tampoco es mucho.
– Compré el Mini a un especialista en el tema por unos 800$. – cuenta el propietario – El Mini era muy atractivo. Una vez tuvimos uno y nos encantó. Era como ser propietario de un pequeño icono. Pero tener un coche pequeño y ligero era lo que en realidad andaba buscando. Modifiqué la parte trasera para dar cabida a las baterías y añadí barras a las puertas para aumentar la seguridad. He conseguido mantener el peso en sólo 840 Kg.
Curiosamente, el Mini mantiene un cambio de 4 marchas, algo muy distinto a lo que sabemos de los coches 100% eléctricos, pero sin embrague. La autonomía máxima es de unos 80 km, con una velocidad punta cegadora de unos 90 Km/h, que puede parecer poco, pero es más que suficiente para la vida diaria.
– Era un proyecto en el que simplemente me quise meter. Tuve la ayuda de mi mujer porque no es algo barato, pero cuando es algo que te gustam no miras “la letra pequeña”.
Además de las baterías, ha seguido modificando su Mini durante los últimos 20 años; nuevas suspensiones, nueva configuración, luces LED y un buen número de sorpresas.
¿Te gustaría saber más? Aquí tienes la ficha del vehículo: LINK
Lee el artículo original de DAMIEN O’CARROLL en STUFF.